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Alemania y su periodismo parcializado en el tema del aborto en Colombia y en América Latina

10 Mar

Noticias parcializadas @alemEmbajador


Señores

DW Deutsche Welle

Estimados señores:
@alemEmbajador
Desde hace años sigo sus producciones en habla castellana. Admiro la calidad y soy un gran promotor de su canal en las tierras de Colombia. Desafortunadamente no todo es perfecto. En el día de hoy ustedes en su noticiero de las ocho de la mañana del día 9 de marzo, hora local de Bogotá, trasmitieron una noticia sobre el tema del aborto y el pronunciamiento de la Corte Constitucional de Colombia, en el sentido de cómo la Corte desaprovechó la oportunidad histórica. La noticia referida a Colombia denota clara intención manipuladora del editor o de lo periodistas sobre los que está pasando en Colombia sobre el tema del aborto. En estos temas, la calidad de su periodismo es deplorable. Ustedes rompen con el más elemental criterio de imparcialidad. Sólo entrevistaron a una persona, líder de lo abortistas y manipularon la noticia mostrando o queriendo mostrar que el país está a favor del aborto. Los invito a revisar la nota periodística y a evaluarla desde un criterio objetivo, con profesionalismo y ética. El canal DW no puede imponer en Colombia, ni en el mundo sus criterios a favor del aborto, ustedes deben informar con objetividad. Por ejemplo, debieron decir, que las tres mujeres que componen la Corte Constitucional de Colombia votaron en contra del aborto. Además debieron mostrar a los millones de colombianos que se manifestaron en contra del aborto durante estas semanas. Los invito a leer a su compatriota Robert Spaemman, quien analizó desde hace año los falsos argumentos que se han generado en torno al aborto. Lo pueden leer, para que se formen desde sus propios intelectuales alemanes en: https://personaybioetica.unisabana.edu.co/…/article/view/612.
Lo que es inadmisible, es que ustedes sean los promotores de la cultura de la muerte en Colombia y en América. No caigan en el error y en posturas anti-éticas. No sean nazistas en temas de la vida. No queremos el totalitarismo intelectual neonazi en nuestras tierras, disfrazado de derechos humanos.
Con gusto si están interesados, podemos ampliar el sentido de esta nota de protesta, y ya que le dieron publicidad engañosa a una nota periodística manipuladora, rastrera y de baja calidad ética, lo justo sería que ustedes permitieran conocer la perspectiva abierta a la vida del 80% de los colombianos. El bueno periodismo, y ustedes en términos reales lo practican, busca la neutralidad. Y en temas complejos, donde ciertos sectores de la sociedad están confundidos y buscan manipular ideológicamente, el consejo es que guarden silencio o callen en lo que no conocen. Lo que es grave, es que ustedes no informen y traten de ocultar los hechos.

 
Atentamente,
Felipe Cárdenas Támara Profesor Asociado
Investigador asociado Colciencias
Director Grupo socio política, cultura y ambiente
Doctor en antropología
Doctor en Educación Terciaria Universitaria

El aborto en Colombia

1 Mar

¿Tiene derechos el humano no-nacido?

26 Feb

¿Quién veta las decisiones de la Corte Constitucional?

31 Ene

Estimados magistrados:

Dado que la Corte Constitucional de Colombia ha demostrado con sus acciones legales, que co-legisla en materia de temas como los del aborto, la eutanasia, la legalización de parejas homosexuales, etc. La pregunta que tengo es muy sencilla y solicito respetuosamente una respuesta individual de cada uno de los magistrados:  ¿quién limita las acciones de la Corte Constitucional ante temas como el derecho al nacimiento o la legalización del aborto? Qué ente estatal o internacional puede ejercer poder de veto sobre decisiones polémicas, que se configuran en un escenarios de votaciones y sin consulta al querer de los colombianos o del Congreso de la República?

atentamente,

FELIPE CÁRDENAS TÁMARA
C.C 79302447

Foro Cultural dynamics, globalization and education in a changing world

9 Mar

La paz por todos los medios

22 Sep

En respuesta a un pariente y amigo que justifica la paz a cualquier costo:

Estimado Alberto, hay un capítulo central en la formación del ethos occidental, incluso proclamado por las FARC en todos sus pronunciamientos: la guerra justa. Nuestro pueblo ha tenido que defenderse de la agresión comunista de los años 60 y 70. Después el narcotráfico permeó todas las capas de la sociedad. La guerra justa, fundamento del ordenamiento político moderno desde los tiempos de santo Tomás de Aquino establece las razones para que los pueblos se alcen en armas, y tengan que sufrir la demencia de la guerra. Ahora, el derecho a la legítima defensa, como lo adviertes tiene sus costos, pero la historia demuestra que claudicar ante el enemigo es aún más costoso. Con toda seguridad Colombia sería un mejor país si la ideología foránea comunista nunca hubiera llegado a Colombia. Lo que se le impone al país en los próximos años es la claudicación del Estado de Derecho. El presidente Santos no ha obrado de buena fe y tiene engañado y amenazado al país. A grandes abogados constitucionalistas que conozco, las demandas por inconstitucionalidad a los Acuerdos, son devueltas por los tribunales sin argumentos. El debate político, esencia de la buena política desde los griegos, está manipulado fue sepultado por Santos: no hay debate alguno en el Congreso. El futuro de Colombia está empeñado a la ideología marxista y de género, cuyos propósitos hedonistas y violentos los vive desde tiempo atrás  Cuba, Venezuela, Korea del norte. La guerra es un medio odioso, pero sin ella, jamás hubiéramos obtenido la libertad de los esclavos, la independencia. Qué hubiera sido de Europa sin la defensa y el honor de tantos soldados que dieron su vida por la defensa de la libertad y en contra del modelo nacionalsocialista  o fascista.

Decadencia de Teatros Pornográficos en Bogotá

21 Sep

Blu radio y su violencia mediática

25 Ago

<blockquote class=»twitter-video» data-lang=»es»><p lang=»es» dir=»ltr»>Pobre reacción de &quot;Periodistas&quot; de <a href=»https://twitter.com/BluRadioCo»>@BluRadioCo</a> al escuchar oposición d <a href=»https://twitter.com/felipecardetama»>@felipecardetama</a> sobre acuerdos <a href=»https://twitter.com/cmbustamante»>@cmbustamante</a> <a href=»https://t.co/TEztCKWJ9p»>pic.twitter.com/TEztCKWJ9p</a></p>&mdash; Victor (@vmanuelvelas) <a href=»https://twitter.com/vmanuelvelas/status/768853961746984961″>25 de agosto de 2016</a></blockquote>
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Los medios callan a un académico que no cree en los acuerdos Blu radio y su violencia mediática https://twitter.com/vmanuelvelas/status/768853961746984961

El libro Negro de la Nueva izquierda: ideología de género o subversión cultural.

15 Ago

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“La revolución verdadera no es la Revolución en la calle,

es la manera de pensar revolucionaria” (Charles Maurras)[1].

“No hay dicotomía entre diálogo y acción revolucionaria.

No hay una etapa para el diálogo y otra para la revolución.

Al contrario, el diálogo es la esencia misma

de la acción revolucionaria” (Paulo Freyre)[2].

 

 

Acabo de terminar de leer el nuevo libro de Nicolás Márquez y Agustín Laje (El libro negro de la nueva izquierda. Ideología de género o subversión cultural, Libre-Grupo Unión, Buenos Aires 2016, 285 pp.) y agradezco su envío a los autores.

Debo decir, en primer lugar, que no sólo ha sido un placer leerlo, sino que me ha resultado una fuente de citas imprescindibles para quien desee adentrarse un poco en temas tan variados y complejos como son “ideología de género”, “homosexualidad”, “teoría queer”, “pedofilia” y abortos varios, entre otras cosas.

“Una gozada” (como dicen en España) el poder analizar una obra seria que muestra cómo lahegemonía intentada antiguamente por la izquierda, ha pasado ahora de manos proletarias a la de los nuevos grupos minoritarios y “oprimidos” por la sociedad patriarcal, que son usados profilácticamente por la izquierda en vistas de la nueva revolución cultural.

El libro tiene dos partes: una escrita por Agustín Laje, politólogo y de muy buena pluma, donde se narran los orígenes filosóficos de la ideología del género, la corriente queer y el feminismo, explorando la íntima relación que existe entre éstas y el pensamiento posmoderno. Para ello, va deshojando a los autores contemporáneos de izquierda más renombrados, haciéndolos hablar a ellos y comentando sutilmente la consecuencia de sus juicios. En la segunda parte de la obra, de tono más irónico pero no por ello menos seria, Márquez analiza el uso de la homosexualidad y el aborto por parte de un neomarxismo que, sin escrúpulos de caer en un gatopardismo craso, hace uso y desuso de las prácticas anti-naturales para seguir teniendo adeptos funcionales a sus fines revolucionarios.

De notable valor resultan las citas traídas donde los autores neomarxistas pro-homosexuales, defienden la pedofilia como un derecho humano más.

El éxito comercial, hasta el momento, ha sido rotundo y, quienes más parecen haberlo propiciado han sido justamente sus detractores, al tildar a sus autores -como era de esperar- de fachistas, homofóbicos y de cuanto neologismo progre uno imagine.

En cuanto a la cosmovisión de Márquez y Laje, aunque ambos se declaren “liberales”, debo decir que, sacando algunas frases menores claramente discutibles[3], su “liberalismo” es al actual, como el protestantismo de Bach, al de un pastor de la Iglesia “pare de sufrir”…

Con el fin de compartir un poco lo leído, dejo aquí un extenso catálogo de citas para que puedan darse una idea del contenido.

 

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi

El libro en formato físico puede adquirirse aquí. Y en formato digital, aquí.

 


La revolución comienza en el intelecto antes que la de las calles

 

«Toda revolu­ción —anota Gramsci— ha sido precedida por un intenso trabajo de crítica, de penetración cultural, de permeación de ideas a través de agregados humanos al principio refractarios y sólo atentos a resolver día a día, hora por hora, y para ellos mismos su problema económico y político, sin vínculos de solidaridad con los demás que se encontra­ban en las mismas condiciones»[4].

 

El cambio de paradigma revolucionario

 

«Para Lenin la revolución había de ser violenta y ésta implicaba tomar por fuerza el Estado, imponer la “dictadura del proletariado”, abolir la propiedad privada, destruir el Ejército y la burocracia, haciendo desaparecer a la postre el Estado mismo ¿Y qué propone Gramsci? Pues que el Estado puede ser permeado desde la sociedad civil y que, en todo caso, su destrucción como “organismo al servicio de la clase dominante” no se agota en la destrucción del Ejército y de la burocracia al modo que Lenin propo­nía, sino fundamentalmente en la destrucción de la “concepción del mundo” que produce y reproduce el Estado para el mantenimiento de suhegemonía cultural, y su reemplazo por una nueva»[5].

 

Es necesario crear nuevos “paradigmas culturales”

 

«“Cuando la creación de una nueva cultura es apropiada pero se la ve frenada por un ‘residuo’ cultural interiorizado es preci­so expulsar este residuo por medios culturales. La acción cultural y la revolución cultural constituyen, en diferentes momentos, los mo­dos apropiados para esta expulsión”»[6].

Necesidad de fabricar nuevos discursos dialécticos

 

«El proletariado ya no es el sujeto revolucionario privilegiado en ningún sentido posible; la clase obrera en Laclau no tiene siquie­ra privilegios en una estrategia hegemónica como en la teoría gram­sciana. Pero además de ello, tampoco hay ningún sentido en buscar otro sujeto privilegiado, como aconteció en la década del ’60 en la cual se discutió, a partir especialmente de los teóricos de la Escuela de Frankfurt, si el privilegio de la historia pasaba por los jóvenes, las mujeres, etcétera. Contra el intento desesperado por descubrir nue­vos sujetos para la revolución anticapitalista, Laclau y Mouffe ponen el acento en la construcción discursiva de los sujetos. ¿Qué significa esto? Pues que los discursos ideológicos pueden dar origen a nuevos agentes de la revolución (el discurso tiene carácter performativo, diría el filósofo del lenguaje John Austin). Simplificando un poco: hay que fabricar y difundir relatos que vayan generando conflictos funcionales a la causa de la izquierda»[7].

 

La nueva izquierda debe aglomerar nuevos conflictos

 

«Pongamos un ejemplo para aclarar la idea: un grupo de trabajado­res mantiene demandas particulares como, por ejemplo, la necesidad de un aumento salarial; grupos de mujeres, por otra parte, constru­yen demandas de protección para el sexo femenino frente a los casos de violencia contra la mujer; grupos indígenas, por su lado, reclaman porciones de tierras basándose en supuestas posesiones de sus ante­pasados remotos. Estas demandas, separadamente, carecen de fuerza hegemónica. Pero la izquierda tiene la misión de instituir un discurso que, sobre un terreno de conflicto mayor, articule estas fuerzas en un proceso hegemónico que las haga equivalentes frente a un enemigo común: el capitalismo liberal. Es decir, la izquierda debe crear una ideología en la cual estas fuerzas puedan identificarse y unirse en una causa común; la nueva izquierda debe ser el pegamento que unifique, invente y potencie a todos los pequeños conflictos sociales, aunque estos no revistan naturaleza económica»[8].

Es necesario copar la democracia: Laclau y Mouffe

 

«“Es evidente que no se trata de romper con la ideología liberal democrática sino al contrario, de profundizar el momento democrático de la misma, al punto de hacer romper al liberalismo su articulación con el individualismo posesivo. La tarea de la izquierda no puede por tanto consistir en renegar de la ideología liberal democrática sino al contrario, en profundizarla y expandirla en la dirección de una democracia radicalizada y plural (…). No es en el abandono del terreno democrático sino, al contrario, en la extensión del campo de las luchas democráticas al conjunto de la sociedad civil y del Estado, donde reside la posibilidad de una estrategia hegemónica de izquierda”»[9].

«“El término poco satisfactorio de ‘nuevos movimientos sociales’ — escriben los autores— amalgama una serie de luchas muy diversas: urbanas, ecológicas, antiautoritarias, antiinstitucionales, feministas, antirracistas, de minorías étnicas, regionales o sexuales (…). Lo que nos interesa de estos nuevos movimientos sociales no es (…) su ar­bitraria agrupación en una categoría que los opondría a los de clase, sino la novedad de los mismos, en tanto que a través de ellos se ar­ticula esa rápida difusión de la conflictuidad social a relaciones más y más numerosas, que es hoy día característica de las sociedades in­dustriales avanzadas”»[10].

Deben aprovecharse y fogonearse los conflictos: la dialéctica

 

«Así pues, lo que debe hacer el nuevo socialismo es recoger, impulsar y agitar “las reivindicaciones de los vecinos de las barriadas populares, de las mujeres, de los jó­venes, de los ecologistas, de los pacifistas y de los defensores de los derechos humanos”, a través de la estrategia hegemónica, es decir mediante la unión de todos estos micro-conflictos»[11].

Homosexualismo y pedofilia van de la mano, según sus propios pensadores

 

«“Si el niño puede elegir relacionarse sexualmente con los adultos, incluso si él debe escoger su propia madre genética, no habría razones a priori para que ella rechace los avances sexua­les, debido a que el tabú del incesto habría perdido su función. (…). Las relaciones con niños incluirían tanto sexo genital como el niño sea capaz de recibir —probablemente considerablemente más de lo que ahora creemos—, porque el sexo genital ya no sería el foco cen­tral de la relación, pues la falta de orgasmo no presentaría un pro­blema grave. El tabú de las relaciones adulto/niño y homosexuales desaparecerían” (Firestone, Shulamith)[12]. Pero las relaciones pedófilas tendrían dos límites, nos dice la buena Firestone pretendiendo moderarse: el límite del consentimiento del niño por un lado, y el límite biológico por el otro. De modo que si un hombre adulto desea tener relaciones sexuales con una niña o niño de cuatro años por ejemplo, sólo debe lograr su adhesión y comprobar que las dimensiones de su vagina o ano sean penetrables»[13].

Lo mismo decía esa vaca sagrada que era Foucault: «“Por cierto”, manifestó por radio en 1978, “es muy difícil es­tablecer barreras a la edad del consentimiento sexual”, porque “pue­de suceder que sea el menor, con su propia sexualidad, el que desee al adulto”, exhortando entonces a derogar todas las sanciones penales que regulan los delitos sexuales: “En ninguna circunstancia debería someterse la sexualidad a algún tipo de legislación… Cuando uno cas­tiga la violación debería castigar la violencia y nada más. Y decir que sólo es un acto de agresión: que no hay diferencia, en principio, entre introducir un dedo en la cara de alguien o el pene en sus genitales”»[14].

Beatriz Preciado, pensadora actual, señala: «“Las estrategias de conocimiento y control que llevan a la estigmatización o la criminalización social estaban despla­zándose desde la figura decimonónica del homosexual, ab­sorbida y normalizada por la ‘cultura gay’, hasta la figura del pedófilo como nuevo límite de lo humano (…) ¿Qué quiere decir pedofilia? ¿Cuál es la relación política que existe entre los constructores de edad y de sexualidad? ¿Cuál es la má­quina social que la pedofilia encarna? ¿Qué produce y que consume esta máquina pedofílica? ¿Qué placer colectivo nos procura la sexualización de la infancia? ¿Cuál es el deseo su­blimado tras el delirio paranoico frente a la pedofilia? ¿Acaso no es el miedo a reconocer los deseos pedófilos colectivos que se codifican y territorializan a través de la institución de la familia lo que nos hace ver e inventar al pedófilo como figura de lo abyecto?”»[15].

La implantación de la ideología de género

 

«En lo que refiere a la ideología queer (…) no podemos dejar de mencionar: Foucault para encapuchadas (2014). Este texto empieza con una pregunta clave que, en su propia formu­lación, revela las intenciones de la ideología que representan: “Ahora que comprendemos que no hay sujetos de la revolución ¿quién comba­te el heterocapitalismo?”[16]. Y la respuesta está en el propio enunciado, pues lo que ha de hacerse es destruir toda identidad como tal, “borrar las denominaciones ‘masculino’ y ‘femenino’ según estén conforme a las categorías de asignación biopolítica ‘varón/mujer’. Los códigos de la masculinidad son susceptibles de abrirse para que operemos sobre ellos en una suerte de gender hacking perfo-protésico-lexical mediante la utilización de juegos lingüísticos que escapen a las marcas de géne­ro, o que al menos las desquicien: proliferar hasta el absurdo las ano­malías psicosexuales[17]. Lo que debe lograrse es “invalidar el sistema heteronormativo de producción humana y de las formas de parentesco —siempre a priori heteronormales— por medio del desistir de prácti­cas tales como el matrimonio y todos sus sucedáneos (…).“La abolición de la práctica de la sexualidad en pareja, mediante prácti­cas de placer en grupo con afines sexoafectivos resignifica el cuerpo como barricada de insubordinación política, de desobediencia se­xual, de desterritorialización de la sexualidad heteronormativa, sus regímenes disciplinarios naturalizados y sus formas de subjetivación para la subsecuente creación de espacios de afinidad anti-género y anti-humanos: destruir hasta los cimientos la heterosexualidad como régimen político. Ése es nuestro destino[18] (…). «La abolición de la práctica de la sexualidad en pareja, mediante prácti­cas de placer en grupo con afines sexoafectivos resignifica el cuerpo como barricada de insubordinación política, de desobediencia se­xual, de desterritorialización de la sexualidad heteronormativa, sus regímenes disciplinarios naturalizados y sus formas de subjetivación para la subsecuente creación de espacios de afinidad anti-género y anti-humanos: destruir hasta los cimientos la heterosexualidad como régimen político. Ése es nuestro destino”»[19].

Violencia en la ideología de género

 

«El odio con el que está escrito este texto (Manada de Lobxs) es llamativo; no sólo odio a los heterosexuales, sino al hombre y a la humanidad en términos generales. Las dosis de violencia que se incorporan en las páginas son de alta tensión. He aquí algunos pasajes que pueden ilustrar al lector: “Sin nombre, sin prestigios, sin pasaportes, sin familias, experimenta­mos el sabor de la molotov, de la nafta, el humo de la goma quemada cortando el puente y abriendo el camino como quien experimenta un maracuyá, un mango, o un fisting [práctica sexual de introducir el puño en el ano]”; “El mundo les pertenece a los heteros que alardean esa libertad en nuestras caras. ¿Por qué tienen que venir a nuestros cumpleaños, nuestras fiestas, nuestros rituales, nuestras marchas, nuestras ceremonias? No queremos tolerarlos, ni deseamos su asquerosa dádiva gay-friendy llamada ‘apoyo’, ‘integración’, ‘respe­to’, ‘diversidad’… No queremos sus leyes anti-discriminación. No los queremos a ellos. El mundo les pertenece a los heteros, y estamos en guerra contra su régimen. (…) Esto es apología de la violencia, va­mos a devolver el ataque, vamos a combatir al enemigo con nuestra violencia (…). El mundo les pertenece a los heteros y no lo cederán voluntariamente. Habremos de tomarlo por la fuerza. Habremos de forzarles el culo para que lo abran”; “un ejército de puños no pue­de ser derrotado, metete en el culo todo lo que en él quepa. Y para afuera, en sus caras de heterosexuales consternados: mierda y pe­dos, lluvias doradas de squirt [eyaculación femenina]. Una carcajada negra que suena diabólica y alegre brota de nuestras tripas promis­cuas. (…) No nos identificamos con ustedes, heterosexuales, no nos gustan, los despreciamos, ustedes son el despreciable desperdicio del capitalismo que impulsan”»[20].

 

Prácticas sexuales no sólo contra-natural, sino incluso hipócritas

 

Comentando el libro de Beatriz Preciado, una ideóloga de estas corrientes, se lee:

«Así, lo que se busca, otra vez, es negar la realidad biológica de nuestros cuerpos para inventar ex­centricidades que “subviertan” las funciones eróticas del pene y la va­gina: “La contra-sexualidad afirma que el deseo, la excitación sexual y el orgasmo no son sino los productos retrospectivos de cierta tecnolo­gía sexual que identifica los órganos reproductivos como órganos se­xuales, en detrimento de una sexualización de la totalidad del cuerpo. (…) El sexo es una tecnología de dominación heterosocial que reduce el cuerpo a zonas erógenas en función de una distribución asimétrica del poder entre los géneros (femenino/masculino), haciendo coincidir ciertos afectos con determinados órganos, ciertas sensaciones con de­terminadas reacciones anatómicas”[21].  Y a continuación, Preciado nos ofrece un pintoresco ejemplo de cómo resistir el “sistema heterocapi­talista”: “La práctica del fist-fucking(penetración del ano con el puño), que conoció un desarrollo sistemático en el seno de la comunidad gay y lesbiana de los años 70, debe considerarse como un ejemplo de alta tecnología contra-sexual. Los trabajadores del ano son los proletarios de una posible revolución contra-sexual”, dice la profesora dejando ver las raíces marxistoides de su pensamiento. Todo esto puede sonar a broma, pero es una palpable realidad con correlatos concretos en la práctica. Preciado pretende innovar en lo que respecta a “actuaciones contra-sexuales”, y brindará entonces un manual de prácticas denominadas “dildotectónicas”, pues se im­plementarían con ayuda de un “dildo” (consolador) y contribuirían a “sexualizar” otras partes del cuerpo en la lucha contra la “hegemo­nía del pene y la vagina” que instauró el “heterocapitalismo”. Una de ellas consiste en atar un consolador a un taco de aguja, e introducírselo en el ano. Pero no basta con la práctica en sí; hay todo un ritual que recomienda Preciado para que la práctica sea verdaderamente “contra-sexual”: “Desnúdese. Prepare una lavativa anal. Túmbese a lo largo, y repose desnudo durante 2 minutos después de la lavativa. Levántese y repita en voz alta: dedico el placer de mi ano a todas las personas portadoras del VIH. Aquellos que ya sean portadores del virus podrán dedicar el placer de sus anos a sus propios anos y a la abertura de los anos de sus seres queridos. Póngase un par de zapa­tos con tacón de aguja y ate dos dildos con cordones a los tobillos y a los zapatos. Prepare su ano para la penetración con un lubricante adecuado. Túmbese en un sillón e intente darse por culo con cada dil­do. Utilice su mano para que el dildo penetre su ano. Cada vez que el dildo salga de su ano, grite su contra-nombre viciosamente. Por ejem­plo: «Julia, Julia». Después de siete minutos de auto-dildaje, emita un grito estridente para simular un orgasmo violento (…). La simulación del orgasmo se mantendrá durante 10 segundos. A continuación, la respiración se hará más lenta y profunda, las piernas y el ano queda­rán totalmente relajados.” Notemos lo siguiente: la profesora universitaria debe recurrir a la simulación del orgasmo, pues en virtud de la naturaleza biológica y siguiendo este absurdo procedimiento, difícilmente aquél sea obte­nido de manera real. Exactamente lo mismo debe prescribir cuando recomienda “masturbarse el brazo con un consolador”: “La duración total debe controlarse con la ayuda de un cronómetro que indicará el final del placer y el apogeo orgásmico. La simulación del orgasmo se mantendrá durante 10 segundos. Después, la respiración se hará más lenta y profunda, los brazos y el cuello quedarán totalmente relajados”»[22].

 

Marx, Engels Lenin: algunas ideas acerca de los homosexuales

 

«Engels, en carta dirigida en 1869 a su amigo y camarada Karl Marx, sobre el problema homosexual se refirió en los siguientes términos: “Esto que me cuen­tas son revelaciones contra la naturaleza. Los pederastas comienzan a multiplicarse y a darse cuenta de que ellos forman un poder dentro del Estado. Sólo les faltaba una organización, pero según esto parece ya existir en secreto. Y como se están infiltrando en todos los viejos partidos e incluso en los nuevos, desde Rösing a Schweitzer, su victo­ria es inevitable. Por suerte, nosotros somos demasiado viejos para tener miedo de ver su victoria, y tener que rendir tributo en cuer­po a los victoriosos (¡!). Pero las nuevas generaciones… De cualquier modo, solo en Alemania es posible que un hombre como éste aparez­ca y convierta el vicio en una teoría»[23].

«Marx respaldó el enfoque apoyándose en el sentido común: “la relación de un hombre con una mujer es la relación más natural de un ser humano con un ser humano”»[24].

(Lenin decía de los homosexuales): «Es, principalmente, un hobby de los intelectuales y de las secciones más próximas a ellos. No hay sitio para ello en el partido, en el proletariado consciente de las clases y luchador»[25].

Homosexualidad en Cuba libre

 

Además de que el Che Guevara, creó “un campo de concentración para castigo de sodomitas situado en la Península de Guanacahabibes”, Fidel Castro decía: «“Nunca hemos creído que un homosexual pueda perso­nificar las condiciones y requisitos de conducta que nos permita con­siderarlo un verdadero revolucionario, un verdadero comunista. Una desviación de esa naturaleza choca con el concepto que tenemos de lo que debe ser un militante comunista (…) seré sincero y diré que los ho­mosexuales no deben ser permitidos en cargos donde puedan influen­ciar a los jóvenes”»[26].

El movimiento gay es una revolución moral

 

«“El movimiento homosexual no es un movimiento de derechos ciu­dadanos, ni un movimiento de liberación sexual, sino una revolución moral” sentenció el famoso activista norteamericando Paul Varnell, por cuyas costumbres murió de SIDA en el año 2011»[27].

La familia es antinatural

 

«En su libro La función del orgasmo, Reich sostenía que la familia es una construcción enferma —patología que él llamaba “familitis”— y que la liberación sexual sería no sólo la cura sino el nuevo método revolucionario: “La sexualidad es el centro alrededor del cual gira toda la vida social, así como la vida interior del individuo”, y se queja­ba de que “las leyes patriarcales relativas a la cultura, la religión y el matrimonio son esencialmente leyes contra el sexo”»[28].

 

En defensa del ano

 

Beatriz Preciado, autora del libro “Terror anal”, señala: «“El ano no tiene sexo, ni género, como la mano, escapa a la retórica de la diferencia sexual. Situado en la parte trasera e inferior del cuerpo, el ano borra también las diferencias personalizadoras y privatizantes del rostro”. Y agrega: “El ano desafía la lógica de la iden­tificación de lo masculino y lo femenino. No hay partición del mundo en dos (…). Rechazando la diferencia sexual y la lógica antropomórfi­ca del rostro y el genital, el ano (y su extremo opuesto, la boca) sienta las bases para una inalienable igualdad sexual: todo cuerpo (humano o animal) es primero y sobre todo ano”»[29].

[1] Maurras, Charles, Mis ideas políticas. Buenos Aires, Huemul, 1962, 183.

[2] Bandera, A. Paulo Freyre. Un Pedagogo. Caracas, Universidad Católica Andrés Bello, 1981, p. 92.

[3] Menciono aquí mis discordancias: pág. 49: se adhiere al mito de la mujer medieval, relegada a un segundo lugar; pág. 50, se postula ingenuamente la figura de la mujer en los pensadores revolucionarios franceses; pág. 125, se adhiere a la falacia del “derecho de pernada”; pág. 128 se hace una apología del capitalismo que, sin glosa, resulta inaceptable. Respecto a la no intromisión en los ‘derechos individuales’, resulta también inaceptable una frase como esta: “nada debería importarnos los desvaríos de cada quién, mientras no afecten nuestros derechos individuales” (pág. 116).

[4] Gramsci, Antonio. Para la reforma moral e intelectual. Madrid, Libros de la Catarata, 1998, p. 25. Las negritas y los subtítulos de los párrafos me pertenecen y no se encuentran en el libro de Márquez y Laje.

[5] Márquez, Nicolás, Laje, Agustín, El libro negro de la nueva izquierda. Ideología de género o subversión cultural, Libre-Grupo Unión, Buenos Aires 2016, 35 (desde ahora, “MYL”).

[6] Prólogo a Freyre, Paulo. Concientización. Buenos Aires, Búsqueda, 1974, p. 31 (Cfr. MYL, 193).

[7] MYL, 38.

[8] Ibídem, 45.

[9] Laclau, Ernesto; Mouffe, Chantal. Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia. Bs. Aires, Fondo de Cultura Económica, 2011, 222 (Cfr. MYL, 41).

[10] MYL, 42).

[11] Ibídem, 44.

[12] Firestone, Shulamith. The dialectic of sex. The case feminist revolution. New York, Bantam Book, 1971, 240.

[13] MYL, 86.

[14] Citado en Miller, James. La Pasión de Michel Foucault. Chile, Andrés Bello, 1996, 347 (cit. por MYL, 79).

[15] Hocquenghem, G. Ob. Cit., p. 169-170 (cit. por MYL, 87).

[16] Manada de Lobxs. Foucault para encapuchadas. Bs. As., Colección (im)pensados, 2014, p. 23.

[17] Ibídem, 24.

[18] Ibídem, 24-25.

[19] MYL, 104.

[20] MYL, 105.

[21] Preciado, Beatriz. Manifiesto contra-sexual. Prácticas subversivas de identidad sexual. Madrid, Opera Prima, 2002.

[22] MYL, 106-107.

[23] MYL, 157.

[24] Marx, K. Early Writings. New York, McGraw-Hill, 1964, p. 154. En: Economic and Philosophical Manuscripts. Third manuscript, section on private property and com­munism. P. 154 (cit. por MYL, 158).

[25] Reminiscences of Lenin (1934): Zetkin, C. Lenin on the Woman Question. New York, International, p. 7 (cit. por MYL, 158).

[26] Entrevista concedida por Fidel Castro al periodista Lee Lockwood y publicada en Castro’s Cuba, Cuba’s Castro. Citado en Zayas, M. Mapa de la homofobia. Cronología de la represión y censura a homosexuales, travestis y transexuales en la Isla, desde 1962 hasta la fecha. (2006). Ver enlace completo en: http://www.cubaencuentro.com/ cuba/articulos/mapa-de-la-homofobia-10736  (cit. por MYL, 161).

[27] Paul Varnell. “Defending Our Morality”, Reproducido en el siguiente enlace:http://igfculturewatch.com/2000/08/16/defending-our-morality/ (cit. por MYL, 168).

[28] Wilhelm, R. La función del orgasmo. El descubrimiento del orgón. Problemas eco­nómico-sexuales de la energía biológica. Buenos Aires, Paidós, 1955, p. 17:2-161 (cit. por MYL, 170).

[29] Hocquenghem, G: El deseo homosexual. España, Me­lusina, 2000, 186-187

Qué sucede cuando una “mayoría silenciosa” rompe el silencio y defiende su fe

17 Feb

Tomado de: http://tradicionyaccion.org.pe/spip.php?article295

Lunes 14 de julio de 2014

La actual ofensiva contra los valores morales y familiares, servida por omnímoda publicidad, abundante dinero y desconcertantes complicidades políticas, puede producir en muchos la falsa impresión de que su avance es irreversible.

La estrategia de inducir los buenos a la inercia

Tal impresión corresponde a una estrategia de esparcir un derrotismo paralizante sobre una población como la peruana, tan profundamente adherida a valores morales y familiares cristianos, para evitar cualquier reacción de peso contra esa demolición cultural y social.

En esto los demoledores siguen la regla básica enseñada por los dos mayores estrategas de guerra, Sun Tzu y Carl von Clausevitz: quitarle al adversario la voluntad de resistir. Para ambos autores ese objetivo psicológico es, de lejos, mucho más importante que cualquier victoria por las armas.

En el caso peruano, se trata de hacer que nos resignemos pasivamente a que se nos imponga el aborto, el “matrimonio” entre personas del mismo sexo, los delirantes “derechos sexuales”, la enseñanza de la ideología de “género” en las escuelas (¡por la cual un niño podría terminar optando por ser “niña” y viceversa!), y otras aberraciones similares.

Evidentemente los medios impresos y audiovisuales colaboran para esparcir de mil modos esa impresión de una acometida imparable, a la cual es inútil resistir. Pero —repetimos— tal impresión es completamente falsa.

¿Por qué? —Porque ninguna ley humana es eterna, y cualquier norma civil puede ser revocada a cualquier momento. Sin ir más lejos, el Perú independiente ya ha tenido 16 Constituciones diferentes, en 170 años (1823-1993)… ¡prácticamente una cada diez años! [1]

Si un Gobierno, un Parlamento y un Poder Judicial imponen leyes inicuas, los ciudadanos pueden obligar por muchos medios lícitos a que tales leyes sean revocadas. La Historia antigua y reciente está llena de ejemplos en ese sentido.

Y lo mismo puede hacerse con eventos públicos o privados que vulneren los derechos de los ciudadanos y no respeten la moral y las buenas costumbres. La población puede legítimamente movilizarse para impedirlos, tal como sucedió con la reciente “misa satánica” programada para realizarse en la Universidad de Harvard, y cancelada gracias a la firme reacción católica (ver artículo).

Peor que los tanques nazis o soviéticos: la invasión cultural

Algo similar acaba de ocurrir ahora en la católica Polonia. Durante cincuenta años, de 1939 a 1989, esa heroica nación cayó primero bajo las garras del invasor nazi aliado a los soviéticos, y después en las de una mal disimulada dictadura comunista.

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El dominio comunista en Polonia…

En ese extenso y siniestro período nazis y comunistas—dos caras de una misma moneda— impusieron sucesivamente al país leyes anticristianas contra la voluntad de la población.

Pero la resistencia católica no se doblegó. Y al derrumbarse en 1990 el imperio soviético, Polonia se sacudió de toda la opresiva y asfixiante armazón legal comunista para dotarse de leyes acordes al orden natural y a sus tradiciones nacionales, y pudo así resurgir nuevamente como nación libre, próspera y orgullosa de su identidad católica.

No obstante, ahora la nación polaca enfrenta otra invasión mucho más insidiosa, esta vez venida de Occidente: las presiones para obligarla a adoptar la agenda de los lobbies homosexuales, abortistas, propagadores de cristianofobia y de otras formas de degradación de costumbres, que hacen parte de la nueva revolución cultural.

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… no fue tan pernicioso para el alma polaca cuanto la «revolución cultural».

Esta singular invasión no se realiza con Panzerdivisionen blindadas nazis o con tanques soviéticos, sino por medio de una miríada de ONGs al estilo de nuestras conocidas Promsex, Inppares, Flora Tristán, etc., así como de hordas —no cabe otra palabra— de “artistas” más o menos anárquicos de todos los géneros.

Hoy, los “conciertos” y festivales pop y de contracultura se suceden en Polonia sin pausa (tal como sucedió en Lima en los últimos años, hasta que el enorme déficit financiero acumulado frenó en parte ese ímpetu…). Entre esos eventos se destaca el llamado Malta Festival , que desde 1991 se realiza anualmente en la ciudad de Poznan.

Gólgota Picnic, explosión de perversiones y odio anticristiano

Para este año se había previsto que dicho festival incluyese la presentación de una obra teatral horriblemente blasfema y ultrajante hacia la persona de Nuestro Señor Jesucristo, Gólgota Picnic, la cual ya había sido objeto de protestas en Francia y otros países.

Su realizador, el hispano-argentino Rodrigo García, no esconde su odio anticristiano: llegó a afirmar que “la religión católica es una casa imaginaria que da refugio a los desesperados” y que la Biblia es “ un libro escrito por locos , por dementes [2].

Fruto de esa hostilidad fanática, Gólgota Picnic combina nudismo, obscenidades y blasfemias. Cuando la pieza fue presentada en Francia hace tres años, la asociación cívica Avenir de la Culture denunció su contenido increíblemente ofensivo: “la persona de Cristo es comparada a un terrorista e insultada con groserías imposibles de reproducir. Más aún, los comediantes multiplican las escenas de nudismo completo y frontal, mientras que una pantalla gigante pone en evidencia las partes genitales de los actores y las actrices”.

La denuncia de Avenir de la Culture definía la pieza como “un pacto nauseabundo uniendo el odio anticristiano y la obsesión sexual, para corromper lo que resta de dignidad y de sentido moral en la cultura” [3].

La victoriosa reacción de los católicos indignados

Al anunciarse la exhibición de ese engendro teatral en Polonia, la reacción fue inmediata, encabezada por el Instituto Piotr Skarga , rama local de Tradición Familia Propiedad. Desde el 27 de mayo la organización inició una campaña de firmas, en rechazo a lo que calificó como muestra de “vandalismo cultural” y de virulenta cristianofobia.

Apenas tres semanas después, el 17 de junio, la asociación entregó al Ministerio de Cultura en Varsovia las más de 60 mil firmas recogidas hasta aquel momento —que enseguida subieron hasta 80 mil—, y simultáneamente realizó un plantón de protesta ante dicho Ministerio, reuniendo centenares de personas [4].

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El Instituto Piotr Skarga (TFP polaca) protesta contra la obra blasfema «Gólgota Picnic»

Posteriormente varias Autoridades eclesiásticas se sumaron a la protesta. El diario “Le Monde” de París informó que “cuando la polémica comenzaba a crecer y las presiones a intensificarse, la Iglesia entró en el debate”: el arzobispo de Poznan, Mons. Stanislaw Gadecki, “condenó la pieza calificándola de ’vulgar’ y ’pornográfica’”.

También el obispo de Wloclawek, Mons. Wieslaw Mering, expresó su “firme oposición” a lo que consideró una exhibición “explícitamente blasfematoria”, a la vez que “felicitó al movimiento masivo de protesta organizado por la comunidad católica” , en clara alusión a la campaña de la TFP [5].

¿Y cuál fue el desenlace? Frente a esa oposición creciente que se extendía por todo el país, el 21 de junio el director del Malta Festival, Mikhael Mercynski, “anunció su decisión de cancelar las dos representaciones de Gólgota Picnic previstas para los días 27 y 28 de junio”, informa otra noticia posterior de “Le Monde”.

Visiblemente contrariado, el empresario farandulero declaró que las fuerzas en pugna “eran muy desiguales. De un lado, la movida contra Gólgota Picnic estaba en su punto máximo . Los líderes habían logrado recoger 65 000 firmas y estaban firmemente decididos… De otro lado, los que apoyaban el espectáculo estaban silenciosos. Me sentí solo…”.

Y concluyó reconociendo el impacto de la protesta: “Es la primera vez que se ve una reacción colectiva tan fuerte en Polonia [6].

Hacia una inevitable polarización de la “mayoría silenciosa”

Este desenlace muestra, una vez más, que la “mayoría silenciosa” de ciudadanos agredidos por una revolución cultural que se nutre de fanatismo anticristiano, va dejando de ser silenciosa y pasando a alzar la voz en defensa activa de sus ideas, aspiraciones y sentimientos agredidos.

Comprueba también que movilizar a esa mayoría sí es posible, y resulta eficaz desde que tales acciones sean emprendidas con inteligencia, argumentos sólidos, y sin respeto humano de mostrar la raíz religiosa anticatólica de esas agresiones a los valores culturales tradicionales.

Si cumplen esos requisitos, dichas protestas sensibilizan a fondo a la población, y las autoridades —que al fin de cuentas dependen del voto ciudadano— ya no pueden más ignorarlas.

Reacciones así se vienen multiplicando por el mundo, muchas de ellas promovidas por las TFPs y entidades afines de varios países; y atestan el crecimiento de una saludable polarización, que también en el Perú se va haciendo sentir con fuerza.

A medida que revolución cultural abandona la máscara “artística” y deja asomar su odio anticristiano extremado, los peruanos somos sacudidos en nuestro atávico laisser faire, laisser passer, (“dejar hacer, dejar pasar”) y comprendemos que es hora de dar la cara por nuestra fe, nuestras familias y nuestro futuro.

Esa exigencia se hará cada vez más frecuente. La acelerada marcha inducida hacia el caos moral y social generará necesariamente una reacción cada vez más visible, en la cual la “mayoría silenciosa” del país tenderá a afirmarse en su posición católica: es decir, a polarizarse. Que el victorioso ejemplo de Polonia le sirva de estímulo y aliento.