Un virus que sofoca para una sociedad sofocada.

2 Abr

Felipe Cárdenas-Támara

Tout pour le peuple, rien par le peuple

“Durante el siglo XX los derechos del hombre, sobre todo la Declaración de Derechos de 1789 y la Universal de las Naciones Unidas de 1948 se han convertido en una religión. Blanden sus textos sagrados como si fueran las Tablas de la Ley dictadas por Moisés. Tienen sus mitos fundadores: el viejo mito del Estado de naturaleza individualista; sus misterios, pues su sentido más profundo no queda del todo claro; su clero, sus capillas, sus celebraciones solemnes, sus apologetas. Podrían también tener sus inquisidores. De donde se sigue que nuestra libertad puede volverse un sacrilegio” [1].

Michel Villey.

Desde una perspectiva holística -los hechos actuales- recordemos, ya que olvidamos fácilmente tienen un signo: la sofocación.

Vivimos una pandemia, cuyo síntoma más relevante es la sensación de sofocación. Podemos decir que vivimos en los tiempos, no del cólera o la histeria como el  siglo XIX y XX, sino de la sofocación.

Vivimos en una sociedad sofocada por diversos hechos que, como dicen las Santas Escrituras, claman a Dios por su justicia:
Todos los hechos que siguen son expresiones de la sofocación, de un mundo sofocado, de individuos sofocados, que mueren por asfixia.

-Destrucción del planeta, biomas, ecosistemas, agroecosistemas. Peces que agonizan. Hace pocos años, estábamos destruyendo la capa de ozono. Muere la vida mediante la sofocación.
-Asesinato consentido de millones de niños sin nacer, proceso justificado sin ninguna base científica. Un niño abortado, desde la semana 12 o antes, muere por asfixia inducida. Pero lo negamos y no lo queremos ver y lo justifican italianos, españoles, gringos, ingleses y desde luego los chinos. Nosotros simplemente copiamos, siempre sin imaginación.
-Incendios inmensos en todo el mundo, principalmente en el Amazonas y Australia. Millones de animales asfixiados.
-Levantamientos masivos en todo el mundo: España, Colombia, Chile, Venezuela. Las respuestas policiales y estatales sofocan con sus gases a la gente.
-Brexit inglés. Para los que se unieron a la separación, argumentaban sentirse sofocados por el gobierno de Bruselas y sus políticas centralistas.
-La crisis económica, en su expresión más básica, se siente con hambre y sofocación.
-Colectivos sociales que nos quieren hacer creer e imponer comportamientos que solo ellos creen que son naturales, estilos de vida que sofocan, en los casos más extremos mueren de problemas pulmonares <<todo empieza con problemas respiratorios, fiebre y tos seca>>. Para especificar de lo que hablo: la neumonía por pneumocystis (PCP, por sus siglas en inglés) ha infectado a miles de pacientes con VIH y SIDA. Mueren sofocados.
-Algunos o millones, en sus casas estarán sofocados por la carencia de lo básico, alimentos, una vivienda digna.
-Una burocracia y gobierno que sofoca a los empresarios, a los campesinos, con regulaciones y leyes cada vez más absurdas y corruptas. Un estado que sofoca, desde el paradigma cartesiano y de las «incompetencias» estatales.
Guerras que sofocan, asesinatos que sofocan.
Y un virus que sofoca. ¿Qué nos está diciendo Dios? Estará muy admirado por el comportamiento de sus hijos, hechos a imagen y semejanza de él.

¿Me puede explicar alguien, si es qué me estoy volviendo loco, o es que me asfixian mis pensamientos?

No quiero sonar mesiánico, pero recuerdo un pasaje bíblico que dice: <<y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, oh Señor santo y verdadero, esperarás para juzgar y vengar nuestra sangre de los que moran en la tierra?>> (Ap, 6:10)

Seguirá el asesinato…mediante la sofocación (Covid19). No se olviden, uno de los primeros signos del contagio, es la incapacidad de oler las flores del camino. ¿Cuáles flores, si ya no nos queda ninguna?

Deja un comentario