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Antropología en perspectiva ambiental

23 Abr

Cárdenas, Felipe, Antropología en perspectiva ambiental

Carátula antropología Prólogo presentación Capítulo 1. La perspectiva ecológica en antropología Capt.II. El paisajes adivinatorio de los kogi Cap. III. Crisis ambiental y cristianismo Capt IV. Indios, curas e imagionarios campesinos Capt V. Mundos rurales campesinos Capt. VI. Agonía y resurgimiento del cultivo de la quinua en Colombia A manera de conslusión Bibliografía

Presentación del libro Espíritu y materia carranguera en la librería Prólogo de Bogotá

10 Jun

El día 8 de junio se presentó la obra Espíritu y Matería Carranguera. Introducción sociopolítica y ambiental en la librería Prólogo. Los profesores Mariano Lozano y Juan Manuel Silva, junto al autor, Felipe Cárdenas hicieron una presentación de la obra. El libro se puede adquirir en físico en la Librería Prólogo ubicada en la ciudad de Bogotá, calle 96 con cra 11A. Único sitio de venta.

Libro digital en: http://www.epigrafe.com/index.php?route=Esp%C3%ADritu-y-materia-carranguera.240

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Lanzamiento del libro Espíritu y materia carranguera: introducción sociopolítica y ambiental

6 May

Cómo y dónde comprar el libro digital

Espíritu y materia carranguera: introducción sociopolítica y ambiental

17 Abr

La música Carranguera tiene su libro

17 Mar

http://www.caracol.com.co/audio_programas/programas/la-carranga-tiene-su-libro-felipe-cardenas-autor-de-espiritu-y-materia-carraguera-explica-la-evolucion-de-este-tipo-de-musica/20120315/programa/495850.aspx?au=1655080#opina

Entrevista sobre el nuevo libro Espíritu y materia carranguera: introducción sociopolítica y ambiental

8 Mar

https://www.evernote.com/shard/s152/sh/6bb42005-2c28-475d-8d50-879f97ee983d/ab6aa8049dcd57e0900983f2e92d1896

Espíritu y materia carranguera, nuevo libro sobre la música carranguera

21 Feb

Espíritu y materia carranguera

Introducción sociopolítica y ambiental

Carátula del libro

El libro del profesor Felipe Cárdenas Támara trata sobre las visiones e imágenes políticas existentes en el discurso ambiental que expresa la música carranguera y en las relaciones causales que le han permitido constituirse en un género musical de orden ambiental. El texto busca presentar los posibles cosmogramas que se desprenden del análisis de la canción carranguera como pautas para el diseño de escenarios y propuestas políticas que fijen derroteros de acción para el pensamiento ambiental en Colombia. El trabajo se inspira en la obra de Jorge Velosa Ruiz que ha pasado a convertirse en una figura nacional e internacional de la «cultura» colombiana, su obra es un referente central para la comprensión de las identidades con el tema de la llamada música popular. La música carranguera es el resultado de un proceso dinámico de construcción y expresión identitaria que narra poderosas historias sobre los valores, sentimientos, problemas, tramas, circunstancias y eventos individuales y colectivos de la vida social de las sociedades y culturas campesinas de la región cundiboyacense de Colombia. El análisis busca precisamente destacar cómo se articula la música carranguera por encima de la violencia racial, epistémica y políticas del no reconocimiento, temas abordados por la teoría poscolonial latinoamericana. Se trata de un logro en lo referido al poder de expresión de marcos narrativos que manejan una visión del cosmos y del ser humano que mantiene lazos con una tradición y se nutre de estructuras narrativas del pasado.
En el libro de Felipe Cárdenas se destacan problemas ecológicos y la perspectiva que asume un grupo de artistas populares, en este caso un grupo de campesinos de nuevo tipo —ilustrados—, con Jorge Velosa a la cabeza, que retoman y potencian las tradiciones juguetonas y críticas del arte popular para defender el entorno vital y el paisaje cultural de los diversos subgrupos regionales del altiplano cundiboyacense, clientes y público principal de esta música.
Si bien, los Carrangueros hacen un tipo de música que responde a la cosmovisión y a los intereses vitales de los grupos que habitan la zona central montañosa de Colombia, su influencia se ha expandido hasta tocar otros públicos tanto nacional como internacionalmente. Reflexiona Cárdenas sobre el sentido cultural de la propuesta carranguera, sobre los valores y perspectivas ideológicas y las implicaciones socioculturales que generan las letras de sus canciones. Pone en evidencia el autor el valor de la música como mecanismo de resistencia cultural y las posibilidades tanto adaptativas como cuestionadoras que generan las letras de Jorge Velosa en el ambiente de aculturación y crisis que viven las subculturas campesinas andinas. Concluye Cárdenas: «Paradójicamente, el discurso de la valoración de las formas musicales corre de manera paralela a la destrucción de sus formas de vida y estilos culturales».
El abordaje metodológico que emprende el autor abre rutas para futuros trabajos, no solo frente a este género musical sino frente a otras modalidades artísticas y en otros lugares del territorio. Por último, la obra realiza un análisis detallado, desde la perspectiva ambiental, de los significados y relaciones que se desprenden discursivamente de las letras de las canciones del álbum En cantos verdes de Jorge Velosa y su revolución carranguera.

El libro se puede adquirir en formato digital en la siguiente página web:

http://www.epigrafe.com/index.php?route=Esp%C3%ADritu-y-materia-carranguera.240

Las realidades políticas de la música carranguera

19 Ene

La música carranguera es un metalenguaje cultural heredero de las formas musicales que la colonia y el proceso de mestizaje nos heredó en la forma musical del torbellino, la guabina, el bambuco y otros aires campesinos que las políticas del ocultamiento intentaron invisibilizar. En ese contexto, la carranga representa un importante demarcador histórico para activar la memoria de todos los colombianos en lo referido a determinados procesos que la modernidad pudo haber erosionado y para proyectar el diseño de escenarios y propuestas políticas que fijen derroteros de acción para el pensamiento ambiental y social en Colombia.  La genialidad deJorge Velosa, y de las diversas agrupaciones musicales y músicos que han acompañado la construcción del género carranguero, fue la de haber actualizado, dándole continuidad creativa, a los aires musicales de las llamadas músicas rastrojeras o montañeras de origen campesino. Estas formas musicales estaban a punto de morir y desaparecer antes de la aparición de Velosa. Su extinción hubiera sido toda una calamidad para la historia y la cultura del país, pues se hubieran apagado las importantes fuerzas soteriológicas que la música carranguera viene difundiendo, al plantear nuevos circuitos de expresión que abren horizontes de sentido para repensar las relaciones humanas y las relaciones con el mundo de la vida y de lo no-humano.

En correspondencia con los planteamientos ontológicos de vanguardia, la música carranguera instaura en el ser la unidad melódica “que le canta a la vida” en el marco de una fina referencia constitutiva a la percepción de la relación de lo humano y lo no-humano, en el plano de sus lecturas de los entornos culturales y ambientales de nuestro país. Las tramas narrativas de las creaciones de Velosa tienen resonancia en el campo de sus aportes a la filosofía de la vida y de la ética ambiental. Particularmente, se hace importante para la comprensión del aporte carranguero, la obra del filósofo Maurice Merleau-Ponty, cuyo trabajo La Nature (1956-1960) nos recuerda la importancia de la irreductible compenetración y parentesco con los animales. Y en el campo de la antropología la obra del destacado antropólogo Tim Ingold es indispensable para comprender los entrelazamientos que propone Velosa con el mundo de los animales y dela Vida.  En ese sentido, el potencial de la carranga es el de ser crítico de las corrientes dominantes de pensamiento que ignoran el sentido y el valor de lo viviente. Lo que se reclama en muchas de sus canciones es la necesidad de acercar los espacios vitales humanos, con los espacios vitales de los animales y del mundo dela naturaleza. En el fondo somos animales viviendo entre animales; condición interesantísima para proseguir el ejercicio de profundización de una ética de la vida; ejercicio que esta aún en estado embrionario en nuestro medio, dominado por las lógicas de la ganancia y del egoísmo.

La carranga es la expresión del alma boyacense en toda su plenitud; constituyéndose en una herramienta cultural que posibilita la arquitectura de la identidad cultural de nuestro país. La carranga se origina en un departamento caracterizado por poseer una economía campesina con la que toda la nación colombiana esta en deuda, ya que nos alimentamos de las máticas campesinas; además no podemos olvidar que la presencia de la ruralidad jalonó con fuerza las ideas Republicanas que nos han dado la libertad, ya que sin el apoyo de las huestes de guerreros boyacenses, la emancipación que nos legó nuestro libertador Simón Bolívar no hubiera sido posible. La carranga es heredera de esa tradición libertaria; pero no es simplemente un aire folclórico, pieza de museo para ser admirada y contemplada como artefacto fosilizado como ocurre con otros géneros musicales tradicionales a lo largo del mundo. Todo lo contrario, la música carranguera puso nuevamente a la nación colombiana a bailar, cantar, pensar, meditar, creando mundos “mansitos” desbordantes de vida, y hechizados por la luz dela “Candelaria”.  Es un género abierto al reconocimiento de la realidad, con una enorme capacidad de lectura de las profundidades del ser y de los acontecimientos visibles e invisibles que suceden en los hermosos paisajes culturales de nuestra patria.  Su tono puede llegar hasta la denuncia de las injusticias sociales y de la problemática económica que vive el país, pero es mucho más que canción protesta, pues le canta a la vida en todo su esplendor. Su mensaje es rico, extenso y profundo, es un lenguaje que surge de las honduras del ser. Consecuentemente, la carranga viene siendo fuente de inspiración para los movimientos sociales de Colombia. De ella se han nutrido los ambientalistas, los Verdes, los defensores de los derechos humanos, educadores, niños y niñas, adolescentes, músicos, indígenas y los amantes dela justicia. Susvoces, melodías y ritmos se oyen en todos los rincones del país. Acompaña a obreros, campesinos e intelectuales en su labor. Une a Colombia, dándonos la fuerza y la energía para captar la riqueza e inmensidad de los saberes que tiene nuestro pueblo.

El sentido de la carranga es de orden existencial y cultural. Su experiencia de orden radica en la capacidad que tiene para identificar mundos y caminos narrados por la sabiduría de nuestros pueblos andinos herederos de lo mejor de las sociedades indígenas, mestizas y españolas asentadas en nuestro territorio, y que poco espacio habían tenido en marco de los discursos dominantes.  Muchos relatos sin historia, en pueblos a los que se les ha querido negar su historia, han encontrado resonancia gracias a los medios expresivos dela carranga. Yasea en la romería campesina, en la fiesta patronal, en el Madison Square Garden de Nueva York, y en otros escenarios internacionales alrededor del mundo, la carranga explosiona el potencial festivo y meditativo, pregonero de la vida de los colombianos.

La narrativa carranguera rescata la noción de persona humana; esta condición es importante ante la existencia de muchos ambientalismos y corrientes filosóficas deshumanizantes que pretenden reducir todo a una concepción exclusivamente biológica que se impone totalitariamente por encima de la dignidad de la persona humana en ciertos círculos académicos de nuestro medio. Lo que la música carranguera en sus movimientos sinfónicos nos recuerda, es que la persona humana tiene que convivir, cooperar y armonizar con los ambientes y ecosistemas culturales en un proceso de dialogo, comprensión y reconocimiento. Los ambientes biofísicos han sido gravemente afectados por las intervenciones humanas en la región andina de Colombia; el mayor obstáculo en lo referido a la armonización se comprende desde las cartografías del dominio y el avasallamiento de cierto orden humano sobre el orden no-humano. Pero resulta que el orden humano, tal como lo enseña la carranga deJorge Velosa,  no puede existir sin un reconocimiento de las fuerzas bióticas y abióticas que invitan al ser humano a conversar y a recordar que la mayor responsabilidad del hombre es con su propia vida, con el dialogo y con la evolución tanto del organismo, la sociedad yla naturaleza. Comoseres vivos, los humanos en nuestra rica capacidad subjetiva, proyectiva, discursiva y metadiscursiva, somos organismos-personas vivientes, que deberíamos vivir con más humildad nuestra condición de seres vivos. Nuestras identidades humus-humanas se nutren y recomponen de las asociaciones de historias que se tejen del entramado de relaciones sociales entre hombres, como de la capacidad de vida que los sistemas de soporte ecológico, en sus voces nos han legado. El mundo de los animales, las plantas, los minerales, todo lo vivo y lo no-vivo son constitutivos del potencial que tiene la persona humana en la manifestación de todas sus posibilidades creativas.

Para nuestro gozo y fortuna, la narrativa de la música carranguera se puede clasificar dentro de las lógicas de la esperanza y de la vida. Elmundo imaginado en la carranga, es también la representación de múltiples acciones institucionales, individuales y colectivas que vienen operando en la región andina de Colombia dirigidos a salvaguardar los ambientes biofísicos y ecosistemas culturales que existen a lo largo de la cordillera de los Andes. En ese sentido, el mundo percibido por la carranga,  un modelo de hombre que no olvida a la persona humana,  responde a las formas en que los humanos venimos actuando en territorios y paisajes. «No todo es fatalidad«; las circunstancias más adversas se pueden superar; las ideologías que separan y destruyen se pueden unir en el marco del reconocimiento de ideas-fuerza que tienen el potencial de la integración, tal como lo canta la carranga en un mensaje trinitario.

Dr. Prof. Felipe Cárdenas Támara Ph.D D.I.Hom

Doctor en Antropología

Director Departamento de Ciencia Política y Derechos Humanos

Universidad de la Sabana